PRESENTACION
Las empresas son seres vivos, y como las personas, tienen su
propio ciclo que implica nacer, crecer y desarrollarse. Aceptado este símil
resulta perfectamente congruente el que así como los hombres tenemos conciencia y festejamos
nuestro cumpleaños también las empresas pueden hacerlo.
En el caso de la compañía Minera Milpo S.A. al cumplir
cincuenta años que estimamos un acontecimiento especial nos pusimos a buscar la
manera de celebrarlo adecuadamente. Nos propusimos alcanzar tal como la empresa lo ha hecho a lo largo de
cincuenta años formas distintas a las
usuales y entre otras, nos decidimos por encargar a un reconocido profesional la
edición de un texto que relatase la historia de esta empresa nacida al conjuro
de cinco hombres unidos por una solida amistad, una comunión de propósitos y un
profundo amor a su obra; una página que pudiese ofrecer la visión de ellos
sobre el negocio, sobre su estrategia para desarrollarlo ordenadamente, evolucionando,
sin pretender crecimientos sustentados por los apalancamientos financieros que
estuvieron tan de moda en una época y haciéndola muy solida, basada,
sustancialmente, en sus propios recursos.
Al abocarnos a esta tarea advertimos que la única manera de
hacer de esta idea un aporte a nuestro Perú consistía en dar un paso largo,
esto es, no limitarla a los hechos de Milpo sino, ambiciosamente, extenderla a
toda la actividad minera en nuestro país. Por este camino llegamos al Dr. José
Antonio del Busto quien acogió con singular entusiasmo el planteamiento y nos
acepto dirigir un equipo de autores que se encargara de escribir la Historia de
la Minería en el Perú. Tienen ustedes antes si el resultado de ese trabajo que
constituye expresión cabal de la capacidad, formación y técnica de los autores
quienes se han desempeñado con particular
interés y cariño por el tema.
Quienes queremos a Milpo y lo hicimos florecer a lo largo de
estos cincuenta años nos sentimos protagonistas de un acto de reconocimiento a
esta empresa depositaria de nuestro amor y lo hacemos dentro del contexto que
corresponde, esto es, insertándola en el devenir de los acontecimientos mineros
producidos en el Perú. Pensamos que este es un primer hito en el camino
venturoso de recordar el pasado de los mineros; en este tema hay muchísimo por
hacer y confiamos en que por voluntad de otros, o de
nosotros mismos se continúe esta labor, y se siga en la hermosa tarea de
reseñar las acciones de quienes se atrevieron a emprender esta actividad.
Víctor Montori Alfaro