jueves, 18 de octubre de 2012

Arantzazuko Andre Mariaren Kofradia


































INTRODUCCION

El presente libro es un recuento de la minería en nuestro país. Abarca desde los primeros hallazgos minerales en la prehistoria hasta las técnicas más desarrolladas en la actualidad. Es una visión breve, profunda, moderna, integral. Sus autores son historiadores del Instituto Riva Agüero, la Escuela de Altos Estudios de la Pontificia Universidad Católica del Perú, adiestrados en penetrar el pasado, como lo hace el minero en el socavón, han sabido seleccionar  lo extraído y hacer con ello lo que se deseaba. Así, poco a poco, científicamente, han hecho esta Historia de la Minería en el Perú.

No se puede hablar de nuestra minería sin recordar al minero andino, es minero sin nombre ni apellido que vaga por las entrañas de la tierra explorando el Uco Pacha. Protegido por los Apus, los espíritus tutelares de los cerros, y burlado por el Muqui, guardián travieso de las minas, se le recuerda junto a topónimos que pueden ser de Potosí, Huancavelica, Hualgayoc o Pasco. Si bien la historia ha recogido su labor, su figura espera plasmarse en la gran obra literaria que todavía nadie ha escrito. La minería es para la literatura, hasta hoy, un mundo casi inédito. Los mineros, mientras tanto, siguen hurgando el interior de la tierra, la Pachamama, que por ser hembra les permite esta intromisión. Pues las mujeres no deben hacerlo y, si se atrevieran a tanto, la Pachamama se pondría celosa; furiosa, propiciaría derrumbes y terminaría por quedarse con los mineros en su interior. Por esta razón, no pueden entrar las mujeres a la minas las trabajan solo los hombres.

El libro que aquí presentamos es una investigación ambiciosa. Es un recuento de todo lo ocurrido en y con la minería peruana. Desde antes de nuestra era hasta el momento actual, recoge lo que es y ha sido la minería en el Perú. Son dos mil y más años de labor minería en nuestro territorio. Trata, entonces, del hombre primigenio, de las culturas preincaicas y del Tahuantinsuyo, de la conquista y del virreinato, de la Independencia y de la Republica. Todos los trabajos se basan en documentación, fuentes editas e inéditas, no hay lugar para la imaginación. Se alcanzan verdades y reflexiones, hay aportes inesperados pero también épocas ce silencio. Es como jugar con volúmenes y vacio, con luces y con sombras. De todos modos se avanza, se progresa, porque esa es la esencia de la investigación: Ir de lo conocido a lo desconocido con la ayuda de un método científico.

Así llegamos al final. Allí encontramos una firma minera que tiene un prestigio mayor, bien ganado. Es Milpo, la empresa que tras medio siglo de tesonera actividad ofrece, al país y al mundo, los escondidos frutos de la tierra. Estos frutos son, principalmente, los concentrados de plomo y de zinc, sacados a la luz por las barretas del tiempo. Por ello, el símbolo de la empresa se compone de cinco barretas cruzadas. Representan a los cinco empresarios fundadores quienes, al conjuro de una veta, fueron el comienzo de todo en la quebrada de Santa Rosa de Milpo, distrito de Yanacancha, provincia de Pasco y ayer en el departamento de Junín. Su acto fundacional, hace exactamente medio siglo, fue el principio del nombre y del renombre.

La obra que aquí ofrecemos es un homenaje a Milpo en sus cincuenta años de labor. Significa un homenaje a sus fundadores, a sus dirigentes, a sus empleados y a sus obreros; también a sus accionistas, porque todos en secreta y diligente labor han colaborado al prestigio de su empresa, al progreso de la minería nacional y por ende a la grandeza del Perú.



José Antonio del Busto Duthurburu
Lima,  15 de abril de 1999

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